Nuestra historia
Los centros de defensa del menor se crearon en la década de 1980 en respuesta a la crítica de que las investigaciones de abusos sexuales a menores no eran más que otra forma de maltrato a través de traumas inducidos por el sistema con entrevistas repetitivas que a menudo asustaban a los niños. El primer CAC fue desarrollado en 1985 en Huntsville, AL por el Fiscal de Distrito electo, Robert E. "Bud" Cramer, Jr. El objetivo del modelo de CAC era mejorar la respuesta de colaboración de la comunidad al abuso sexual infantil y el procesamiento de estos casos por parte de la justicia penal de manera que no perjudicara aún más a los niños implicados. En la actualidad, existen más de 1.000 CAC en todo el país y en más de 34 países de todo el mundo.
TreeTop Child Advocacy Center (CAC) se estableció en 2018 como la única organización sin fines de lucro que entrevista forense a niños víctimas de violencia en el 5º Distrito Judicial en Colorado.
Al coordinar la respuesta de organismos como las fuerzas de seguridad, los servicios de protección de menores, las fiscalías, los abogados y los profesionales médicos y de salud mental, TreeTop ayuda a garantizar que, cuando un niño revela un abuso, no vuelva a ser victimizado por los mismos sistemas diseñados para protegerlo. TreeTop ayuda a coordinar la atención y la investigación desde la primera denuncia hasta la condena y más allá, manteniendo al niño en el centro de todo lo que hace el equipo.
El modelo de centro de defensa del menor
El Modelo de Centro de Defensa del Menor es un enfoque respaldado por la investigación que se basa en los tres componentes siguientes:
Entrevistas forenses
Conversaciones neutrales grabadas entre un entrevistador formado y el niño, centradas en el niño y no dirigidas.
Equipos multidisciplinares
Colaboración de profesionales que aúnan sus esfuerzos en beneficio de la investigación y las familias.
Defensa de las víctimas
Profesionales formados para prestar asistencia a las familias mediante apoyo y recursos informados sobre el traumaAl combinar estas tres herramientas en un solo sistema, los Centros de Defensa de Menores pueden aumentar la productividad y, al mismo tiempo, garantizar que se da prioridad a la víctima.